

Su dramática aparición pública se produjo el 1 de enero de 1994: ese día se tomaron militarmente varias ciudades del estado de Chiapas. En ese momento los zapatistas ya acumulaban un proceso de 10 años de organización de base en las selvas y montañas chiapanecas y su plan era iniciar una guerra popular prolongada (de corte maoísta) desde Chiapas con el fin último de conquistar la Ciudad de México.









Con la firma del acuerdo sobre Derechos y Cultura Indígena (conocido como acuerdo de San Andrés) en 1996, el único documento suscrito entre el EZLN y el gobierno mexicano, el gobierno federal reconoció derechos extensivos a todos los pueblos indígenas mexicanos. Derechos que, por demás, nunca fueron efectivamente respetados por los gobiernos federales ni estatales. En la ocasión hubo otras cinco mesas temáticas programadas (Democracia y Justicia, Bienestar y Desarrollo, Conciliación en Chiapas, Derechos de la Mujer en Chiapas y Cese de hostilidades) pero ninguna produjo un documento culminatorio.
En Chiapas aún hay guerra de baja intensidad contra el EZLN. El asesinato de José Luis Solís López, Galeano, el 2 de mayo de 2014 a manos de paramilitares es una prueba más de ello. No hay que olvidar que los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto han profundizado los esquemas económicos y legales que enriquecen a las capas más ricas de la sociedad en perjuicio del resto de los mexicanos. Por eso el EZLN no cesa de reclamar "trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz" como quedó consignado en la Primera Declaración de la Selva Lacandona. Por eso sigue vigente y han resistido pacífica, tenaz, digna e irreductiblemente.
El EZLN se ha sintonizado con la izquierda mexicana y mundial por medio de poderosos gestos simbólicos, la inclusión en su programa de reivindicaciones medioambientales y de género, y los golpes de opinión asestados en sus declaraciones públicas. Las sucesivas Declaraciones de la Selva Lacandona (ya van en la Sexta emitida en 2005), la Otra Campaña de 2006 para mostrar cómo se vive la política desde abajo y a la izquierda (como se repite incansablemente en el argot zapatista) en medio de la campaña presidencial que llevaría al poder a Felipe Calderón, la constante corresponsalía del Subcomandante Marcos en distintos medios audiovisuales y escritos, y el reciente difuminamiento de su figura para darle paso al nacimiento del Sup Galeano son solo algunos ejemplos del carácter de profundamente pedagógico y simbólico de la práctica política zapatista.
El 21 de diciembre de 2012 se produjo otro de estos gestos memorables. Los zapatistas volvieron a hacerse presentes en las ciudades que habían sido testigos de la incursión de 1994. Esta vez no hubo disparos, gritos y explosiones. No hubo gente corriendo por las calles. No hubo destrucción ni muerte. El mismo día en el que muchos ingenuos esperaban el fin del mundo, las mujeres y hombres de las comunidades autónomas y en rebeldía zapatistas caminaron por las calles de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano y Palenque. Marcharon en silencio, con el puño en alto. Marcharon para decirle al mundo que aún están presentes porque las causas fundamentales del alzamiento siguen presentes. Ese día en Palenque, bajo una intensa lluvia, se registraron las imágenes que acompañan este artículo.
El 21 de diciembre de 2012 se produjo otro de estos gestos memorables. Los zapatistas volvieron a hacerse presentes en las ciudades que habían sido testigos de la incursión de 1994. Esta vez no hubo disparos, gritos y explosiones. No hubo gente corriendo por las calles. No hubo destrucción ni muerte. El mismo día en el que muchos ingenuos esperaban el fin del mundo, las mujeres y hombres de las comunidades autónomas y en rebeldía zapatistas caminaron por las calles de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano y Palenque. Marcharon en silencio, con el puño en alto. Marcharon para decirle al mundo que aún están presentes porque las causas fundamentales del alzamiento siguen presentes. Ese día en Palenque, bajo una intensa lluvia, se registraron las imágenes que acompañan este artículo.